Misión María Callas (o no)
ópera y otros
La ópera siempre ha estado presente en mi vida y es el pilar de mi formación, aunque resultó ser más bien un medio para un fin bastante distinto a convertirme en «La nueva Callas».
Digamos que la vida tenía otros planes para mí, mucho más acordes a lo que soy.
Pero, paradójicamente, no sería quien soy sin haber pasado por el canto lírico, así que no puedo estarle más que agradecida.
Me quedo con estos momentos:
- La sensación indescriptible de pisar por primera vez un gran teatro, colaborando con el Coro del Teatro del Liceu en producciones como Katia Kabanova (Leoš Janáček), Don Carlo (Verdi) y Aida (Verdi).
- La emoción del primer debut, interpretando el papel de Eurídice, de Orfeo y Eurídice (Gluck), bajo la dirección artística de Roger Alier.
- Los nervios de los primeros recitales que me llevaron, entre otros lugares, a la Arena de Montemerlo, Italia.
- El despertar de mi bis cómica como Berta en El barbero de Sevilla (Rossini), una faceta que luego podría explotar en el teatro musical.
Dejando de lado el mundo operístico, también he participado en recitales líricos y en espectáculos de zarzuela, música barroca, música contemporánea e incluso en una producción de tango dirigida por Manuela Lorente en el que tuve el placer de cantar junto a Marcelo Mercadante y formar parte de un equipo de lujo.